Según el estudio del Instituto MAPFRE de Seguridad Vial, en España más de 8,5 millones de personas reconocen tener miedo a conducir. Esto supone que el 33% de las personas que tienen el carné se sienten angustiada al ponerse al volante; de las que el 87,5% son mujeres y el 12,5% son hombres.
En psicología se conoce a este miedo irracional con el término Amaxofobia. Esta fobia a conducir un vehículo puede deberse a múltiples factores, como la propia inseguridad de la persona, problemas de estrés o ansiedad, conducir sin continuidad, formación deficiente, recuerdos dolorosos de seres queridos en accidentes o a cualquier otro tipo de miedo relacionado.
A menudo se manifiesta en verdaderos ataques de pánico y diversos individuos que la padecen se quejan de ansiedad y agitación en los días u horas que tienen que conducir un vehículo. Los síntomas físicos más frecuentes son sudores, temblores, taquicardias, dolor de estómago, vértigo, etc.
Clínicamente, es catalogada como fobia específica o trastorno de ansiedad causado por un miedo distorsionado a la exposición de objetos o situaciones específicas y, en casos graves, a representaciones. No debe confundirse con el temor característico de los conductores novatos, el cual se puede ir superando por medio de la práctica constante. Afortunadamente la amaxofobia puede superarse con terapia psicológica.
A continuación, os muestro el tipo de intervención que hacemos en nuestro centro para este tipo de problema.
Tratamiento.
Cada persona sufre la Amaxofobia en diferentes grados, por distintas causas y de maneras muy diversas, por ello en cada caso debemos personalizar la terapia a sus necesidades.
El tratamiento presencial para la amaxofobia que impartimos combina la intervención entre una psicóloga y un instructor de formación vial, y se distribuirá en diferentes etapas o fases:
1ª ETAPA:
Comprensión. Psicoeducación sobre la conducción. Comprender qué es la fobia a conducir, cómo y por qué, se produce y se mantiene en el tiempo (la importancia de los pensamientos en la ansiedad) y cómo abordarla para su superación. Entender el mecanismo del círculo vicioso y registro de las crisis de pánico para analizar cómo ocurren.
2ª ETAPA:
Intervención cognitiva y desactivación fisiológica. Para aprender a detectar los pensamientos catastrofistas y los pensamientos alternativos realistas (autorregistros de pensamientos, experimentos.) Conocer algunas técnicas de control de la ansiedad (distracción, respiración diafragmática lenta, relajación y autoinstrucciones) y usarlas para afrontar el miedo a conducir.
3ª ETAPA:
Exposición en vivo. Exposición progresiva, controlada y reiterada a las situaciones temidas del tráfico bajo supervisión, previniendo las conductas de evitación. En algunos casos convendría el reaprendizaje de una buena conducción para aumentar confianza y seguridad. Esta exposición in vivo se realizará en principio con el vehículo de la autoescuela y posteriormente podría pasarse al del paciente. Acompañado del instructor de seguridad vial y/o psicóloga y posteriormente si se considera necesario el paciente irá sólo en su vehículo mientras es seguido por el instructor o psicóloga.
Al igual que con otros trastornos es necesario tener paciencia y confianza en el proceso. Cada experiencia depende de cada individuo y su contexto. La realidad es que con una intervención adecuada al perfil de la persona puede superarse este miedo y disfrutar de una buena conducción.
Esther Redolosi Sánchez
Psicóloga sanitaria
(Experta en Psicopatología y Salud)
625 136 968