Consumo en Positivo | Miguel Ángel Ruiz.- Muchas veces no somos conscientes como consumidores de los riesgos en los que podemos estar ante problemas o defectos de fabricación de productos que son retirados del mercado. En multitud de ocasiones he señalado que uno de los graves problemas con el que cuenta el ámbito del Consumo es la falta de información que le llega al ciudadano respecto a estos productos retirados del mercado y que tienen un riesgo potencial de accidente para consumidor que lo manipula y usa.
Es decir, salvo en casos contados, al consumidor no le llega qué productos han sido retirados y cuáles son sus riesgos con el fin de que puedan dejar de usarlos una vez comprados. Es cierto que se retiran del mercado pero ¿qué ocurre cuando parte de estos productos han sido vendidos?
Por parte de las Administraciones Públicas con competencia en materia de Consumo se le pide al ciudadano una actitud vigilante que es muy difícil de adoptar. El consumidor no puede ser conocedor de la extensa normativa de etiquetado y condiciones de seguridad de los productos que se comercializan en la Unión Europea. Hay veces, con productos específicos, en los que los que nos dedicamos a este sector profesional tenemos que echar mano de la legislación vigente porque desconocemos todos los aspectos de todos los tipos de productos.
Entiendo que esta es la labor que tiene que llevar a cabo la administración pública. Por eso siempre hemos denunciado que desde los presupuestos, con motivo de la crisis económica, se vengan recortando sistemáticamente las partidas destinadas al control del mercado, es decir, a las inspecciones de consumo.
Esto no sólo con la Junta de Andalucía sino también con los diferentes Ayuntamientos que tengan competencia en materia de Consumo.
No obstante, como la situación actual es la que hay, la Unión de Consumidores recomienda a los consumidores aplicar el sentido común y no comprar productos de los que no esté seguro cuando vea el etiquetado. Así, si no viene en castellano, si no dice que debe ser supervisado por adultos en cuanto al uso si son destinados a menores de edad debemos desechar su compra por el riesgo potencial que puedan presentar.
Aparte de esto, se debe hacer denuncia para que quien tiene conocimiento de la normativa y potestad de hacerla cumplir realice sus actuaciones inspectoras.
Y sobre todo, para terminar, precaución con los menores porque su seguridad va en ello y creo que merece la pena toda precaución al respecto.