La campaña ‘No es sexo, no es gratis’ ha ganado el Premio ‘Buenas prácticas de promoción de la infancia y la adolescencia’
La sociedad digital ha traído innumerables ventajas y progresos y ha democratizado el acceso a la información a través de dispositivos móviles. No obstante, esta situación también ha propiciado que ciertos mensajes alcancen una repercusión sin precedentes y que lleguen sin filtros ni control a una población en edad de formación y maduración, sin las suficientes herramientas educativas para poder discernir con elementos de juicio sus peligros si se asumen como comportamientos naturales. Es el caso de la pornografía, un universo gigantesco al que los niños y niñas tienen acceso desde edades tempranísimas, (el 90% antes de los 12 años según investigaciones de la Universidad de Baleares), y que suele reproducir y perpetuar comportamientos machistas que desnaturalizan la sexualidad entre hombres y mujeres. Para sensibilizar sobre esa realidad, la Diputación ha diseñado la campaña ‘No es sexo, no es gratis’ y, enmarcada en ella, ha celebrado una jornada en la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA, inaugurada por la diputada de Igualdad, Carmen Collado.
Un alumnado compuesto 130 chicos y chicas de los institutos Fuerte de Cortadura y San Severiano ha asistido a la Jornada. Jóvenes a los que se les ha invitado a reflexionar sobre esta realidad, agravada tras el confinamiento de 2020, en que se consumieron más horas de internet y se detectó un aumento de tráfico en las páginas de la industria pornográfica, que se estima mueve un volumen de negocio a nivel mundial de 5.000 millones de dólares al año.
Esta campaña tiene como elemento central el vídeo de Yolanda Domínguez en que se denuncia esta situación y que ya ha alcanzado alrededor de 140 mil visitas en Youtube, y que como explica Carmen Collado, pone el foco “en quienes verdaderamente consideramos que son los culpables, que es la industria de la pornografía, con toda la impunidad y sin ningún tipo de mala conciencia”.
La diputada ha explicado que esta iniciativa persigue “llegar a la población más joven con el objetivo de concienciar sobre que la pornografía no es el método adecuado para conseguir una sexualidad normalizada, afectiva y sana”. Además, Collado ha alertado de algunos riesgos que conlleva el acceso incontrolado a estos mensajes: “Perpetúa las sociedades patriarcales y machistas en que el chico tiene que dominar a la chica y así aprenden qué debe ser la sexualidad y al final desemboca en la violencia sexual y la violencia hacia la mujer”. Por eso esta campaña se ha presentado en este mes de noviembre en que se conmemora el ‘Día Mundial para la Erradicación de la Violencia hacia las Mujeres’, el próximo día 25.
“No estamos aquí para juzgar, sino para reflexionar”, con este mensaje ha iniciado su ponencia la experta en coeducación, profesora de secundaria e investigadora en temas de género, Mercedes Sánchez Vico. Su intervención, titulada ‘La importancia de la prevención de la pornosocialización en la adolescencia’, trata de combatir una realidad preocupante, “la violencia hacia las mujeres esté creciendo muchísimo en la parcela de edad entre los 12 y los 18 años, la franja donde más”, ha afirmado Sánchez Vico, que ha defendido que “estamos muy necesitados de una educación afectivo emocional seria tanto en casa como en las escuelas”.
El programa ha proseguido con el coloquio ‘De las redes a la prostitución, sólo un click’, con Marta Castro Jiménez, trabajadora social y criminóloga del Proyecto Oblatas Cádiz ‘Mujer Gades’; la charla ‘Deseables y deseantes: la erótica más allá del porno’, impartida por Ignacio López Martín, sexólogo de INSEX; la proyección del corto ‘No es sexo, no es gratis’, de Yolanda Domínguez; una dinámica de sensibilización a cargo de Ana Magallanes Camón, pedagoga experta en coeducación, psicoterapia emocional y atención psicológica a víctimas de violencia machista que también ha representado el monólogo ‘El Rey de la Fiesta junto a Anita la Piedra, vivencias de un clítoris’.
La jornada se plantea desde un punto de vista dinámico y participativo, para que sea atractiva para un público de esta edad. Comparte objetivos de la campaña, como desaprender los comportamientos basados en la violencia de género, asimilar las consecuencias personales a las que lleva la pornosocialización, conocer la implicación con la trata y la prostitución con la violencia machista, mostrar una idea sana e igualitaria de la sexualidad, visibilizar la sexualidad femenina o desmitificar la sexualidad masculina, entre otros aspectos.
Las investigaciones demuestran que la pornografía tiene efectos muy dañinos en la salud sexual. La ausencia de diálogo y de afectividad elimina de las relaciones sexuales elementos tan importantes como el deseo mutuo, el consentimiento de todas las partes y la protección ante enfermedades. La falta de empatía es otra de las consecuencias derivadas de la pornografía, desconectarse de sentimientos de las demás personas buscando satisfacer solo el deseo propio da lugar a situaciones de violencia. Aunque los contenidos parezcan inofensivos las secuelas físicas, psicológicas y sociales del porno son numerosas.
La campaña, premiada
La campaña audiovisual ‘No es sexo, no es gratis’, ha recibido el premio ‘Buenas prácticas de promoción de la infancia y la adolescencia’ de la Plataforma de Profesionales de Tratamiento Familiar de Andalucía.
La entrega de los premios de esta quinta edición de los premios se hará efectiva el próximo 25 de noviembre, durante el VI Encuentro de los Equipos de Tratamiento Familiar que se celebrará en Córdoba. Las propias personas asociadas a esta plataforma son las que han elegido con sus votos el proyecto de la Diputación entre las opciones nominadas.
En la argumentación que la Plataforma de Profesionales de Tratamiento Familiar en Andalucía hace para justificar el premio a este trabajo de Yolanda Domínguez para la Diputación, se explica que en las consultas profesionales es muy frecuente encontrar menores que repiten las prácticas abusivas hacia sus iguales porque han tenido acceso a la pornografía desde muy corta edad, generalmente a consecuencia del consumo descontrolado de internet y carencias de límites o educativas de sus progenitores.